Me Gustaría tener un Perro – ¿Tener?

Si alguna vez te has dicho esta frase «Me gustaría tener un perro», estas reflexiones de Jordi Herrera te ayudarán mucho a tomar una decisión correcta.

«Me gustaría tener un perro»

Empezamos mal …

¿Tener?

¿Que tal convivir con?

Parece un pequeño detalle pero lleva asociado el cómo será la relación. Volvemos:

«Me gustaría convivir con un perro».

Vale; Mejor.

«¿Y ahora? ¿Que hago?»

Valoremos que necesitas recibir y que estas dispuesto a ofrecer:

Si quieres participar de su crecimiento siempre habrá un perro joven que agradezca orientación y colaboración en el camino hacia la edad adulta. Si lo que buscas es compartir, aprender, enseñar y colaborar, un perro adulto te agradecerá que seas su acompañante.

Este sencillo planteamiento inicial puede ser la clave del éxito de la futura convivencia.

A mi modo de entender el perro,  si esperamos algo más o algo menos de lo dicho anteriormente, no estamos en situación de estar a la altura de la compañía que necesita. 

Después de años de observar a perros y a personas vinculadas a perros, entiendo cómo asumida la responsabilidad que recae sobre la persona en la educación y el bienestar del perro.

Cuando la relación se construye sobre una base desigual, donde aparece la figura del protector y el protegido, ninguna de las dos partes disfruta cómo podría. Unos por adquirir pocos conocimientos y los otros por estar demasiado pendientes en evitar aquello que posiblemente no llegue a pasar.

Uno previene y el otro no aprende….. ¿Dónde queda la magia del vínculo?  ¿Se limita a unas caricias y a compartir sofá? ¿Qué pasaría si en lugar de cargarnos de responsabilidades (autoimpuestas por cierto; no conozco ningún perro que las pida como condición para vivir con nosotros) dedicáramos los esfuerzos en conocer al perro,  valorarlo en sus capacidades y acompañarlo en sus necesidades?

Posiblemente que podríamos dedicar mas tiempo a aprender y disfrutar de ese compañero que de forma sincera y objetiva habremos buscado para compartir nuestras experiencias y acompañarnos día a día. 

Esto de convivir no es cosa de uno.

Considero esencial que cualquier relación  se base en el crecimiento personal de las dos partes sin que una suponga una limitación para la otra. Entiendo que si las dos partes no salen beneficiadas, la convivencia no es posible.  Sencillamente se trata de otro tipo de relación, la que entiendo no buscará el perro que entre en nuestras vidas.

Entonces … ¿Todavía quieres convivir con un perro?

Espero que la respuesta sea Sí y que recibáis y ofrezcáis tanto como seáis capaces de aportaros el uno al otro. 

Yo no supe hacerlo en su día, cometí muchos errores y me tocó aprenderlo sobre la marcha. Quizás gracias a que tuve la oportunidad de equivocarme pude llegar a entender cómo necesitaban que fuera como compañero. Equivocarme me permitió aprender.

Por tanto entendí que si yo no evitaba sus errores podrían aprender cómo lo pude hacer yo. Y en esas estamos. Aprendiendo y rectificando cada día, haciendo la relación más pura si cabe. 

Lo que recibo lo tengo claro, es mucho, muchísimo. Lo que aporto espero que sirva al menos para no entorpecer sus necesidades y sus apetencias.  Creo que voy por el buen camino. Al menos sus miradas eso me hacen entender.

Jordi Herrera

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